Los árboles de la vida son una de las artesanías más emblemáticas de Metepec, un Pueblo Mágico en el Estado de México. Estas esculturas de barro son un testimonio de la evolución de las técnicas de modelado en barro; así como la capacidad de renovación de las tradiciones a lo largo del tiempo.
Origen y evolución
El origen de los árboles de la vida se remonta a la época prehispánica, cuando los artesanos de la región ya trabajaban con barro para crear diversas figuras. Sin embargo, fue durante el periodo colonial cuando estas esculturas adquirieron su forma y significado actuales.
Como en otras manifestaciones culturales, los misioneros españoles los aprovecharon como herramientas de evangelización, en este caso retomando la creación de Adán y Eva, como relato central del árbol de la vida. Cabe resalta que el árbol simboliza la conexión entre el cielo y la tierra, el presente y el más allá y también que el fruto prohibido en el relato bíblico están el árbol del Bien y del Mal. Por eso, este tipo de escultura de barro era propicio para alojar a las figuras de Adán, Eva, la serpiente, y Dios Padre como parte central.
El árbol de la vida también incorpora diversos elementos naturales como flores, hojas, animales, soles, estrellas, que aluden a esa dualidad de vida y muerte, caída y redención que se entrelazan haciendo de cada pieza algo único e irrepetible. Además, el árbol de la vida es de esas artesanías que se convierten en contadoras de historias;; pues todos los elementos se entrelazan en una narrativa que se puede “leer” y “leer” cada vez que se contempla uno de ellos.
La historia de Adán y Eva es una de las más presentadas en los árboles de la vida, pero esas narrativas también se hacen con otras escenas bíblicas como el arca de Noé o escenas de la vida de Cristo. En épocas más recientes, los artesanos han incorporado otras narrativas como el fondo del mar; las catrinas del Día de Muertos, hasta escenas históricas como el Grito de Independencia con Miguel Hidalgo como protagonista.
La elaboración
La creación de un árbol de la vida es un proceso laborioso que comienza con la recolección de barro y otros materiales naturales. El barro se muele hasta pulverizarlo para luego ser colado en mallas que aseguran contar con un material muy fino que se mezcla con plumilla (flor de tule que crece en las lagunas de la zona). Esta mezcla se amasa con agua hasta lograr la consistencia ideal para el modelado.
Después, se moldea la estructura básica a la que se le van agregando todos los detalles de flores, hojas, ramas, etc. y se completan con las figuras humanas, los animales o las criaturas mágicas que correspondan a la historia que se va a contar.
Finalmente, la pieza se cuece en un horno de leña o gas, y cuando está lista se acaba con la pintura. Esta última etapa requiere de un trabajo minucioso porque es como resaltan muchos de los detalles de cada elemento moldeado a mano. Se debe recordar que hay árboles de la vida de todos los tamaños desde unos pocos centímetros hasta monumentales de dos o tres metros.
Importancia en la actualidad
Aunque los árboles de la vida se elaboran en otras comunidades, en Metepec se han convertido en un símbolo de identidad, además de una significativa fuente de ingresos. Hay familias que llevan años dedicadas a su elaboración, y se ha avanzado en el reconocimiento a sus creaciones pues ya llevan su firma. Este elemento es muy importante tanto para la demostración de la autenticidad de las piezas, como de la valía de sus creadores.
Fuentes:
https://experiencia.edomex.gob.mx/artesanias/mostrarDetalleArtesania/302